Los 5 anillos (Part III)

Go Rin no Sho (PART III)

Sobre el conocimiento de las ventajas de las armas en las artes marciales

Al distinguir las ventajas de las armas de los guerreros, descubrimos que,
cualquiera que sea el arma, existe un momento y una situación en la que ésta es
apropiada. El sable de corto es principalmente ventajoso en lugares reducidos, o
en sitios estrechos, cuando estáis muy cerca de vuestro adversario. El sable
largo tiene generalmente usos apropiados en cualquier situación. La alabarda
parece ser inferior a la lanza en el campo de batalla. La lanza es la
vanguardia, la alabarda es la retaguardia. Dado el mismo grado de entrenamiento,
alguien con una lanza tiene un poco de...
ventaja. Tanto la lanza como la alabarda
dependen de las circunstancias. Ninguna de las dos es muy útil en acciones con
mucha gente. Ni siquiera son apropiadas para hacer prisioneros; deben reservarse
para el campo de batalla. Son armas esenciales en batallas campales. Sin
embargo, si aprendéis a utilizarlas en las salas de ejercicios, centrando la
atención en pequeños detalles y perdiendo así el método real, difícilmente
podrán ser adecuadas. El arco también se adapta al campo de batalla, para llevar
a cabo cargas y retiradas estratégicas; es excelente en las batallas a campo
abierto, porque puede dispararse rápidamente y de inmediato contra las filas de
los lanceros u otros. Sin embargo, es inadecuado para asediar un castillo y para
situaciones en las que el adversario se encuentra a más de doscientos metros.
Actualmente, no sólo el arco, sino también las demás artes poseen más flores que
frutos. Dichas técnicas son inútiles cuando se presenta una auténtica necesidad.
Dentro de las murallas del castillo nada es comparable al arma de fuego (en 1543
los portugueses introdujeron las armas de fuego en Japón, y Musashi nació en
1584) desde que empieza la batalla. No obstante una vez que se ha empezado la
lucha cuerpo a cuerpo, aquélla ya no es adecuada. Una de las virtudes del arco
consiste en que podéis ver el trazado de las flechas que disparáis, lo cual es
bueno. Parte de lo inadecuado de un arma de fuego es que no puede verse la
trayectoria de las balas. Habría que considerar esto con atención. En cuanto a
los caballos, es esencial que sean fuertes pero no fogosos. Hablando en términos
generales de las armas del guerrero, un caballo debe ser un buen trotador,
sables largo y corto deben cortar perfectamente, la lanza y la alabarda deben
penetrar profundamente, y el arco y el arma de fuego deben ser resistentes y
exactos. No tenéis que apegaros especialmente a ninguna arma en particular, o a
ninguna otra cosa, esto es importante. El exceso es lo mismo que la
insuficiencia. Sin limitar a nadie, debéis tener tantas armas como convenga.
Mantener gustos y aversiones es malo tanto para los oficiales como para los
soldados. El pensamiento pragmático es esencial.

Sobre el ritmo de las artes marciales

El ritmo es algo que existe en todo, pero los ritmos de las artes marciales en
particular son difíciles de dominar sin ejercitar la práctica. El ritmo se
manifiesta en el mundo en cosas como la danza y la música, las flautas y los
instrumentos de cuerda. Todo esto son ritmos armoniosos. En el campo de las
artes marciales existen ritmos y armonías en el tiro con arco, el tiro con armas
de fuego e incluso en la equitación. En cualquier arte y en cualquier ciencia no
debe ignorarse el ritmo. Existe incluso un ritmo en estar vacío. En la vida
profesional de un guerrero existen ritmos para ascender de rango y ritmos para
descender, ritmos de satisfacción y ritmos de frustración. En el campo del
comercio existen ritmos para hacerse rico y ritmos para perder la propia
fortuna. La armonía y la falta de armonía en el ritmo se presenta en todas las
formas de vida. Es imperativo distinguir cuidadosamente entre los ritmos de la
floración y los ritmos de la decadencia en cada cosa específica. Son diversos
los ritmos de las artes marciales. En primero lugar, conocer los ritmos
correctos y comprender los ritmos erróneos, y discernir los ritmos apropiados
entre los ritmos grandes y pequeños, lentos y rápidos. Conocer los ritmos de las
relaciones espaciales y los ritmos de inversión. Esos asuntos son especialidades
de la ciencia marcial. A menos que entendáis estos ritmos de inversión, no
podréis confiar en vuestro arte marcial. La forma de ganar una batalla según la
ciencia militar es conocer los ritmos de los adversarios concretos y utilizar
los ritmos que vuestros adversarios no esperan, produciendo ritmos sin formas a
partir de ritmos de sabiduría. Con la ciencia de las artes marciales de nuestra
escuela expuesta previamente se amplía la mente de forma natural mediante la
práctica diligente día y noche; transmitiéndola al mundo como una ciencia
colectiva e individual, pongo por escrito por primera vez estos cinco
manuscritos titulados Tierra, Agua, Fuego, Aire y Vacío. Para las personas que
quieran aprender mi ciencia militar, existen normas para el aprendizaje de este
arte: Considerad lo que es correcto y verdadero. Practicad y cultivad la
ciencia. Familiarizaos con las artes. Conoced los principios del oficio Entended
el perjuicio y el beneficio de cada cosa. Aprended a ver cada cosa con
exactitud. Tomad conciencia de lo que no es obvio. Sed cuidadosos incluso en los
asuntos pequeños.
1. No hagáis nada que sea inútil.
Hablando en general, la ciencia de las artes marciales debe practicarse teniendo
estos principios en mente. En esta ciencia particular difícilmente podéis
convertiros en maestros de las artes marciales, a menos que podáis ver de
inmediato en un contexto amplio. Una vez que hayáis aprendido este principio, no
deberíais ser derrotados en ningún combate individual contra veinte o treinta
adversarios. Ante todo, mantened las artes marciales en vuestro espíritu y
trabajad diligentemente de una forma directa; entonces podréis vencer con
vuestras manos y también podréis derrotar a los demás viendo con vuestros ojos.
Es más cuando refinéis vuestra práctica hasta el punto de alcanzar la libertad
de todo el cuerpo, podréis vencer a los demás por medio de vuestro cuerpo. Y
puesto que vuestro espíritu está entrenado en esta ciencia, podréis también
vencer a los demás por medio del espíritu. Cuando alcancéis este punto, ¿cómo
podríais ser derrotados por los demás? De la misma forma, la ciencia militar a
gran escala consiste en un asunto de ganar conservando a la gente buena,
empleando gran número de personas, de ganar en la actitud correcta de la
conducta personal, de ganar en gobernar a las naciones, de ganar en cuidar del
pueblo humilde, de ganar en el cumplimiento de las costumbre sociales. En
cualquier campo de actividad, el conocimiento de cómo evitar la derrota frente a
los demás, cómo ayudarse a sí mismo y cómo incrementar el propio honor es parte
de la ciencia militar.

El Manuscrito del Agua


El núcleo de la escuela de los Dos Cielos de las artes marciales se basa en el
agua; y al poner los métodos del arte de la ventaja en práctica, llamo a éste el
Manuscrito del Agua, y en él escribo el sistema del sable largo de nuestra
escuela. Es absolutamente imposible escribir esta ciencia con la precisión con
la que la entiendo en mi corazón. Sin embargo, aunque las palabras sean
insuficientes, los principios deben ser evidentes por sí mismos. En cuanto a lo
que está escrito aquí, podéis deteneros sobre cada una de las palabras. Si
pensáis en ellas de una manera general, malinterpretáis muchas cosas. En lo que
respecta a los principios de las artes marciales, aunque he escrito en varios
lugares en términos de duelo entre dos personas, es esencial entenderlas en
términos de batallas entre dos ejércitos, viéndolas a amplia escala. En esta
forma de vida en particular, si erráis el camino, aunque sea ligeramente, si os
desviáis de la vía justa, caeréis en estados negativos. La ciencia de las artes
marciales no consiste simplemente en leer estos escritos. Al aceptar
personalmente lo que está escrito aquí, no penséis simplemente que estáis
leyendo o aprendiendo, no hagáis ninguna imitación; tomad los principios como si
estuvierais descubriéndolos por vuestro propio espíritu, identificaos con ellos
constantemente y trabajad sobre ellos cuidadosamente.

La actitud del espíritu en las artes marciales

En la ciencia de las artes marciales, el estado de espíritu debe seguir siendo
el mismo que en la vida cotidiana; lo mismo que cuando practicáis las artes
marciales, no permitáis que haya ningún cambio: con el espíritu abierto y
directo, ni tenso ni demasiado relajado, manteniendo la mente centrada de forma
que no haya desequilibrio, relajad tranquilamente vuestra mente y saboread
totalmente ese momento de tranquilidad, de forma que la relajación no se detenga
ni siquiera un instante. Aunque estéis tranquilos, vuestro espíritu está alerta,
aunque estéis apremiados, vuestro espíritu no esta apremiado. La mente no es
arrastrada por el cuerpo, y el cuerpo no es arrastrado por la mente. Poned
atención a la mente, no al cuerpo. No permitáis que haya insuficiencia ni exceso
en vuestra mente. Aunque superficialmente tengáis el ánimo débil, permaneced
fuertes por dentro y no dejéis que otros vean vuestra mente. Esto es esencial
para aquellos que son físicamente pequeños para saber cómo ser grandes, y para
aquellos que son físicamente grandes para saber cómo ser pequeños; tanto si sois
físicamente grandes como si sois pequeños, es esencial mantener vuestro espíritu
libre de desviaciones subjetivas. Dejad vuestro espíritu despejado y abierto,
poniendo vuestro intelecto en un vasto plano. Es esencial pulir diligentemente
el intelecto y el espíritu. Una vez que hayáis utilizado vuestro intelecto hasta
el punto en el que podéis distinguir lo que es verdad y lo que no lo es en el
mundo, en el que podéis decir lo que es bueno y lo que es malo, y cuando ya
habéis experimentado varios dominios y ya no podéis ser engañados en absoluto
por la gente, vuestro espíritu habrá quedado imbuido del conocimiento y de la
sabiduría del arte de la guerra. Existe algo especial sobre el conocimiento del
arte de la guerra. Es imprescindible dominar los principios del arte de la
guerra y aprender a permanecer como un espíritu inmutable incluso cuando estáis
en el corazón de la batalla.

Actitud física en las artes marciales

En lo que respecta a la apariencia física, el rostro no debe mirar hacia abajo,
hacia arriba ni ladearse. Vuestra mirada debe ser fija. No arruguéis la frente,
pero formad un surco entre las cejas. Mantened inmóviles los ojos e intentad no
parpadear. Cerrad ligeramente los ojos. Tratad de mantener una expresión serena
en el rostro, con la nariz recta y la barbilla ligeramente adelantada. La parte
posterior del cuello debe permanecer recta, debe centrarse la fuerza en la nuca.
Sintiendo todo el cuerpo desde los hombros hacia abajo como una unidad, bajad
los hombros, mantened la columna vertebral recta y no sentéis las nalgas.
Concentrad el poder en las partes inferiores de las piernas desde las rodillas
hasta la punta de los dedos del pie. Tensad el abdomen de forma que el pecho no
se hunda. Existe una enseñanza llamada "ajustar la cuña", que significa que el
abdomen es sujetado por la vaina del sable corto, de forma que el cinturón no
quede suelto. Hablando en términos generales, es esencial hacer que vuestro
porte general sea el porte que mantenéis en las artes marciales, y haced que el
porte que mantenéis en las artes marciales sea vuestro porte ordinario. Esto
debe ser considerado con atención.

El enfoque de los ojos en las artes marciales

Los ojos deben enfocarse para optimizar el alcance y amplitud de la visión. La
observación y la percepción son dos cosas separadas; el ojo que observa es más
fuerte, el ojo que percibe es más débil. Una especialidad de las artes marciales
es ver de cerca lo que está lejos y ver lo que está cerca con distancia. En las
artes marciales es importante ser consciente de los sables de los adversarios,
de no mirar dichos sables para nada. Esto cuesta trabajo. Este asunto de enfocar
los ojos es el mismo en la ciencia militar a pequeña o a gran escala. Es
esencial ver ambos lados sin mover los globos oculares. Cosas como éstas son
difíciles de dominar al mismo tiempo cuando tenéis prisa. Recordad lo que está
escrito aquí, acostumbraos constantemente a este enfoque de los ojos y encontrad
el estado en el que el enfoque de vuestros ojos no cambia suceda lo que suceda.


Cómo empuñar el sable largo

Al empuñar el sable largo, el pulgar y el índice ejercen una ligera presión, el
dedo corazón se mantiene ni demasiado suelto ni demasiado apretado, mientras que
los dedos anular y meñique se mantienen apretados. No debe haber flojedad en la
mano. El sable largo debe empuñarse con el pensamiento de que es algo para matar
al adversario. No permitáis que cambie vuestra manera de empuñar cuando estéis
golpeando a adversarios, haced que vuestra forma de empuñar sea de tal manera
que vuestra mano no vacile. Cuando golpeéis el sable del adversario, lo
bloqueéis o lo neutralicéis, sólo debéis modificar ligeramente la posición del
pulgar y del índice; pero en cualquier caso, podréis empuñar vuestro sable con
el pensamiento de matar. Vuestra manera de asir el sable no debe ser diferente
cuando cortéis algo para comprobar su filo que cuando golpeáis en medio del
combate, asiendo siempre el sable como si fuerais a matar a un hombre. Hablando
en términos generales, hay que evitar el agarrotamiento y la posición fija,
tanto en el sable como en la mano. La posición fija es el camino de la muerte,
la fluidez es el camino de la vida. Esto es algo que debe ser entendido.

Sobre el movimiento de los pies

En lo que respecta a los pies, debéis manteneros firmemente sobre los talones
dejando al mismo tiempo libres los dedos de los pies. Que vuestros pasos sean
largos o cortos, lentos o rápidos, según la situación, pero debéis caminar
siempre como lo hacéis normalmente. Deben evitarse los pasos inseguros,
inconstantes y ruidosos. Entre los elementos importantes de esta ciencia se
halla lo que se llama pasos complementarios. Pasos complementarios significa que
no os movéis sólo con un pie. Cuando arremetéis, retrocedéis o incluso cuando
paráis un golpe, movéis el pie derecho-izquierdo-derecho izquierdo, con pasos
que se complementan. Poned atención en no manteneros sólo sobre un pie. Esto es
algo que exige un atento examen.

Cinco maneras de ponerse en guardia

Las cinco maneras de ponerse en guardia son la posición superior, la posición
media, la posición inferior, en guardia por la derecha y en guardia por la
izquierda. Aunque pueden dividirse estas formas de guardia en cinco clases,
todas ellas tienen como objetivo matar. No existen otras formas de guardia
además de estas cinco. Cualquiera que sea la guardia que adoptéis, no penséis en
ellas como en una posición defensiva; consideradla como una parte del acto de
matar. Las posiciones superior, media, inferior, son guardias sólidas, mientras
que las dos posiciones laterales son guardias fluidas. Las guardias por la
derecha y por la izquierda son adecuadas para lugares en donde no hay espacio
por encima de la cabeza o a los lados. El decidir adoptar la guardia derecha o
izquierda se decide según el caso. Lo que es importante en este camino es darse
cuenta de que es más perfecta la guardia media. En esta guardia media se
encierra toda la ciencia de ponerse en guardia. Consideradla en términos de
ciencia militar a gran escala: el centro corresponde a la posición del general,
mientras que las otras cuatro guardias le siguen. Esto debe examinarse
atentamente.

La vía del sable largo

Conocer la vía del sable largo significa que aunque estés sosteniendo el sable
con dos dedos, sabréis cómo hacerlo y blandirlo fácilmente. Cuando intentéis
blandir rápidamente el sable largo, os desviáis de la vía del sable largo y, por
tanto, es difícil de manejar. El asunto consiste en blandir el sable largo
tranquilamente, de forma que sea fácil de hacer. Cuando intentáis manejar con
rapidez el sable largo, de la misma forma que podéis utilizar un abanico o un
sable corto os desviáis de la vía del sable largo, de forma que es difícil de
blandir. A esto se llama "trinchar con el sable corto" y es ineficaz para matar
a un hombre con el sable largo. Cuando golpeáis hacia abajo con el sable largo,
retiradlo de una forma cómoda. Cuando lo blandís a los costados, volvedlo a su
posición inicial de la forma convencional. Estirad el codo lo más posible y
blandir con la fuerza es la vía del sable largo.

Procedimientos de las cinco técnicas convencionales

Primera técnica
La guardia se halla en la posición media, con la punta del sable apuntando hacia
el rostro del adversario. Cuando cerráis filas contra el adversario, y éste
golpea con el sable largo, contrarrestad su ataque desviándolo hacia la derecha.
Cuando el adversario golpea de nuevo, haced retroceder la punta de su sable
hacia atrás y hacia arriba; dejad vuestro sable como está, una vez que ha
rebotado hacia abajo, hasta que el adversario ataque de nuevo; en ese momento
golpeáis las manos del adversario desde abajo. Las cinco técnicas convencionales
son difíciles de entender sólo escribiendo sobre ellas. Las cinco técnicas
convencionales deben de ser practicadas con el sable en la mano. Mediante estas
cinco nociones generales del sable, conoceréis mi ciencia sobre su manejo y
serán también evidentes las técnicas empleadas por los adversarios. Quiero decir
que no existen más que cinco guardias en el método de Los Dos Sables en la
esgrima. El entrenamiento y la práctica son imprescindibles.
Segunda técnica
La guardia se halla en la posición superior, y golpeáis al adversario en el
mismo momento en que éste intenta golpearos. Si vuestro sable no da al
adversario, dejadlo por unos instantes, hasta que éste ataque de nuevo. En ese
momento golpeáis por debajo haciendo un barrido hacia arriba. El mismo principio
puede aplicarse cuando ataquéis de nuevo. Dentro de esta técnica existe diversos
estados de espíritu y varios ritmos. Si practicáis el entrenamiento de mi
escuela por medio de lo que subyace en esta técnica, obtendréis un conocimiento
completo de las cinco formas de esgrima y podréis vencer en cualquier
circunstancia. Sólo requiere práctica.
Tercera técnica
El sable se mantiene en la posición inferior; con la determinación de tomar los
asuntos en mano; cuando el adversario ataca de nuevo; cuando intente haceros
perder el sable, llevadlo hacia arriba al mismo ritmo, y seguidamente golpead
sus brazos a ambos lados después de que haya atacado. La cuestión es abatir de
una vez al adversario desde la posición inferior, justo en el momento en el que
él golpea. La guardia con el sable en la posición inferior es algo que aparece
al principio y posteriormente en el proceso de la práctica de esta ciencia; ésta
debe de ser practicada con el sable en la mano.
Cuarta técnica
Se mantiene el sable horizontalmente al lado izquierdo, para golpear las manos
del adversario desde abajo cuando él intenta atacar. Cuando el adversario
intenta haceros perder el sable golpeando hacia arriba desde abajo, bloquead la
trayectoria de su sable inmediatamente, con la idea de herir sus manos y cortar
diagonalmente hacia arriba, hacia vuestro hombro. Ésta es la forma de manejar un
sable largo. Ésta es también la forma de vencer, bloqueando la trayectoria del
sable del adversario si éste intenta atacar de nuevo. Esto debe considerarse
atentamente.
Quinta técnica
El sable se mantiene horizontalmente a la derecha. Cuando localizáis el ataque
del adversario, blandís vuestro sable desde el lado inferior en diagonal hacia
arriba hasta la posición de guardia superior, y después golpeáis directamente
desde arriba. Esto es también esencial para adquirir la maestría en la
utilización del sable largo. Cuando podáis empuñar un sable conforma a esta
técnica, podréis empuñar con libertad un sable largo y pesado. Estas cinco
técnicas convencionales no deben ser descritas con detalle. Para comprender la
utilización del sable largo en mi escuela, y comprender también de forma general
los ritmos y distinguir las tácticas de esgrima de los adversarios, primero
utilizad estas cinco técnicas para desarrollar constantemente vuestras
habilidades. Incluso cuando luchéis contra adversarios, perfeccionad el uso del
sable largo, sintiendo el espíritu del adversario, utilizando los diversos
ritmos y obteniendo la victoria de cualquier forma. Esto exige un atento
discernimiento.

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