Go Rin no Sho (PART VI)
Pequeño y grande
Cuando estáis luchando contra enemigos y tenéis la sensación de estar estancados
en pequeñas maniobras, recordad esta ley de la ciencia militar: cuando os
halláis en medio de cosas insignificantes, cambiad de repente a una gran
perspectiva. Cambiar a lo grande o a lo pequeño es una parte deliberada de la
ciencia del arte de la guerra. Es esencial para los guerreros conseguir esto
incluso en la conciencia ordinaria de la vida humana. Esta mentalidad es
fundamental para la ciencia militar, ya sea a gran o a pequeña escala. Ésta es
una preocupación a la que hay que prestarle una atenta consideración.
El general conoce a sus soldados
"Un general conoce a sus soldados" es un método practicado siempre en tiempos de
conflicto después de haber alcanzado la maestría a la que...
uno aspira. Habiendo
alcanzado un gran poder en el conocimiento de las artes de la guerra, pensad en
los adversarios como si fuesen vuestros propios soldados, comprendiendo que
debéis de obrar con ellos según vuestra propia voluntad, e intentad manipularlos
libremente. Vosotros sois el general, y los adversarios las tropas. Esto exige
trabajo.
Soltar la empuñadura
"Soltar la empuñadura" tiene varios significados. Tiene el significado de ganar
sin sable, y también tiene el significado de fallar sin sable. Los diversos
significados no pueden escribirse, pero invitan a una práctica y a un
entrenamiento profundos.
Ser como un muro de piedra
"Ser como un muro de piedra" es cuando un maestro de las artes marciales se hace
de repente como un muro, absolutamente inaccesible a cualquier cosa e
inamovible. Esto se transmite verbalmente.
Epílogo
Lo que está escrito anteriormente consiste totalmente en cosas que
constantemente vienen al espíritu a lo largo de la práctica del arte de la
esgrima de mi escuela. Como estoy escribiendo ahora estos principios por primera
vez, están un poco mezclados en el orden, y es difícil definirlos con detalle.
Sin embargo, pueden servir como líneas orientadoras para las personas que
quieran aprender esta ciencia. Me he concentrado en las artes marciales desde la
juventud, entrenando mis manos y mi cuerpo para la maestría de la esgrima, y
experimentando toda clase de estados de espíritu. Lo que veo al investigar otras
escuelas es que algunas son habladoras pretenciosas y otras llevan a cabo finas
maniobras con sus manos; pero aunque puedan parecer buenas para la gente, en
ellas no hay en absoluto un verdadero corazón. Por supuesto, podría parecer que
la gente está entrenando el cuerpo y la mente incluso cuando están practicando
dichas técnicas, pero se convierten en enfermos de la vía, de una manera crónica
y difícil de sanar; son el origen de la decadencia de la vía reta de las artes
marciales en el mundo y de su abandono. Para que el arte de la esgrima sea una
ciencia real, así como para obtener la victoria en la batalla contra los
enemigos, no deben alterarse de manera alguna estos principios. Cuando alcancéis
el poder del conocimiento de mi ciencia militar y la pongáis en práctica de una
forma correcta, no habrá duda alguna de la victoria.
El Manuscrito del Viento
La ciencia militar implica el conocimiento de los métodos de las demás escuelas.
Aquí, en este Manuscrito del Viento, he escrito sobre las demás escuelas de
artes marciales. A menos que conozcáis las prácticas de las demás escuelas, no
podréis ciertamente entender la práctica de mi propia escuela. Lo que veo cuando
investigo en las demás artes marciales es que algunas escuelas utilizan grandes
sables y se concentran en el poder de sus movimientos. Algunas practican su
ciencia utilizando un sable pequeño y largo al que llaman un "pequeño sable
largo". También existen escuelas que se preocupan de muchos movimientos con el
sable largo, llamando a las posiciones del sable técnicas convencionales y
transmitiendo la ciencia como una enseñanza interna En este manuscrito expondré
el hecho de que ninguna de estas prácticas son la vía auténtica, haciendo así
saber lo que es bueno y lo que es malo, lo que es verdadero y lo que es falso.
El principio de mi propia escuela es algo netamente diferente. Otras escuelas se
convierten en teatros, adornándose y exhibiéndose para vivir, y comercializan
las artes marciales; en consecuencia, parecería que no están en la verdadera
vía. Además, el arte marcial se considera convencionalmente de una forma
limitada, como si consistiera sólo en la esgrima. ¿Creéis que habéis alcanzado
el conocimiento de cómo alcanzar la victoria por el simple hecho de haber
aprendido a empuñar un sable largo y haber entrenado vuestro cuerpo y manos?
Ésta no es una vía segura en ningún caso. He expuesto cada una de las
deficiencias de las demás escuelas en este libro. El asunto es examinar
cuidadosamente y saborear en profundidad, para llegar a una comprensión de las
ventajas de mi escuela de los Dos Sables.
El manejo de los sables muy largos en las demás escuelas
Existen algunas escuelas que son aficionadas a los sables muy largos. Desde el
punto de vista de mi arte marcial, las encuentro escuelas débiles. La razón para
esto es que esas escuelas no saben cómo ganar a los demás por cualquier medio
que sea necesario; considerando que su virtud es la longitud del sable, quieren
que sus sables sean muy largos para poder vencer a los adversarios a distancia.
El dicho común sobre ganar aunque sea un centímetro es algo que concierne a
personas que desconocen totalmente las artes marciales. Por ello, intentar ganar
a distancia mediante la ventaja de la longitud del sable, sin conocer los
principios de las artes marciales, es algo que la gente hace por debilidad de
corazón. Es por esto por lo que considero este arte marcial como algo débil. A
veces, cuando estéis luchando con un adversario y tengáis poco espacio, cuanto
más largo sea vuestro sable, más difícil será golpear con él. No podéis blandir
el sable hacia atrás y adelante con suficiente soltura, y éste se convierte en
un estorbo. Entonces os halláis en una situación peor que alguien que está
manejando un sable de costado pequeño. Aquellos que prefieren los sables muy
largos poseen sus propias razones, pero únicamente es lógico para ellos solos;
desde el punto de vista de la auténtica vía del mundo, esto es ilógico. ¿Es
inevitable perder utilizando un sable más corto y no un sable muy largo? Suponed
que la situación física arriba, abajo y a los costados se halla bloqueada; o
imaginad una situación social en la que sólo se pueden llevar armas de costado;
querer tener en estas circunstancias un sable muy largo es una mala actitud,
porque es dudar de la ciencia de las artes marciales. Por añadidura, existen
personas que carecen de la fuerza física requerida. Desde la Antigüedad se ha
dicho que lo grande incluye lo pequeño, por tanto no es una cuestión de rechazar
indiscriminadamente la longitud; es una cuestión de rechazar la actitud desviada
que sólo tiene en cuenta la longitud. En el contexto de la ciencia militar a
gran escala, un sable muy largo es como un gran contingente de tropas, un sable
más corto es como un pequeño contingente. ¿Acaso es imposible una batalla entre
un pequeño contingente y un gran contingente de tropas? Existen muchos ejemplos
en los que un pequeño contingente ha ganado sobre uno mayor. Así pues, en mi
escuela existe un rechazo hacia una actitud estrecha y desviada. Esto invita a
un cuidadoso examen.
Los golpes poderosos de sable en las demás escuelas
No debería existir una distinción entre golpes fuertes y golpes débiles de
sable. El movimiento de un sable hecho con la intención de blandirlo con fuerza
es rudo, y es difícil ganar sólo con la rudeza. Además, si golpeáis con una
fuerza desmedida cuando vais a matar a alguien, intentando asestar un poderoso
golpe con el sable, no tendréis éxito. Incluso cuando estáis ejercitándoos
contra un muñeco u otra cosa, es erróneo intentar golpear muy fuerte de forma
deliberada. Cuando os enfrentáis a un enemigo en combate mortal, nadie piensa en
golpear con debilidad ni con fuerza. Cuando uno piensa solamente en matar al
otro, también interviene un sentimiento de fuerza y, por supuesto, ningún
sentido de debilidad; uno sólo piensa en la muerte del enemigo. Si golpeáis el
sable de otro con fuerza, utilizando un movimiento demasiado poderoso, tendrá
consecuencias negativas por exceso de fuerza. Si golpeáis el sable de otro de
forma forzada, será vuestro propio sable el que se retrasará. Así pues, no
existe nada parecido a un golpe de sable especialmente poderoso. Incluso en la
ciencia militar a gran escala, si tenéis un gran contingente que desea ganar una
poderosa batalla combatiendo, el hecho es que vuestro enemigo también dispone de
gente fuerte y quiere luchar con fuerza. A este respecto, ambos estáis en la
misma posición. Cuando se trata de obtener la victoria en cualquier cosa, es
imposible obtenerla sin razón. En mi escuela no prestamos ninguna atención a
cosas no razonables; el meollo del asunto es utilizar el poder del conocimiento
de las artes marciales para obtener la victoria de cualquier forma que podáis.
Esto debe ser trabajado en profundidad.
La utilización de los sables más cortos en las demás escuelas
Pensar en ganar sirviéndose sólo de un sable más corto no es la auténtica vía.
Desde la Antigüedad los sables largos y cortos han tenido distinto nombre. Las
personas fuertes pueden manejar con facilidad un sable largo, así que no hay
razón para aficionarse sin razón a un sable más corto. La explicación de esto es
que las lanzas y las alabardas también se utilizan para aprovecharse de su
longitud. La idea de que vais a utilizar un sable más corto para cortar,
arremeter y vencer a un adversario en el intervalo entre los movimientos de su
sable es una desviación y, por tanto, está equivocada. Además, cuando estáis
atentos para descubrir algún lapso, todo lo demás se descuida, y se produce una
sensación de estancamiento que debe ser evitada. Y si intentáis utilizar un arma
corta para penetrar en las defensas del enemigo y dominarlo, eso no será de
ninguna utilidad en medio de numerosos adversarios. Incluso si pensáis que la
ventaja de tener un arma más corta es la capacidad de penetrar en medio de una
multitud, arremeter con libertad y blandir la espada a un lado y a otro, en cada
caso estáis en una actitud defensiva de la esgrima y, de este modo, en un estado
de espíritu distraído. No es ésta una táctica en la que se pueda confiar. Tal
vez podáis arremeter contra los adversarios de una forma poderosa y directa,
arrojándolos fuera de su posición, obligándolos a entrar en la confusión, y
tomando el camino que conduce únicamente a una victoria certera. Esta lógica
también se aplica en la ciencia militar a gran escala. En igualdad de
condiciones, podéis también tomar un gran contingente, atacar al enemigo de
repente y destruirlo de una vez. Esta actitud es la esencia de la ciencia
militar. En general, lo que la gente del mundo estudia cuando practica las artes
marciales es parar, desviar, evitar los golpes y salir ileso; en consecuencia,
sus mentes son arrasadas por este método y acaban siendo maniobrados y
manipulados por los demás. Puesto que la vía de las artes marciales es directa y
franca, es esencial el intento de dominar y vencer a los adversarios. Esto debe
ser considerado atentamente.
Numerosos golpes de sable en las demás escuelas
Cuando se enseña un excesivo número de movimientos de sable, se hace para
comercializar este arte e impresionar a los principiantes con el conocimiento de
muchos movimientos de sable. Esta actitud debe ser evitada en la ciencia
militar. La razón de ello es que es un engaño pensar que existe toda clase de
técnicas para cortar al adversario. A este respecto, no existen diferentes
técnicas en el mundo. Sea o no uno un especialista, e incluso si se trata de una
mujer o un niño, no existen muchas formas de golpear y cercenar; si existen
variantes, éstas se limitan a apuñalar y a acuchillar. Para empezar, puesto que
el objetivo consiste en matar, no hay ninguna razón para que existan muchas
formas de hacerlo. Incluso así, dependiendo de la situación, conforme a las
circunstancias, en los casos en los que hay un obstáculo en los alrededores,
como por ejemplo arriba o a los costados, tiene que haber cinco posiciones, de
forma que existe una manera de empuñar el sable sin quedar bloqueado. Añadir
cualquier otra cosa, como cortar por la mitad a un adversario con un giro de
manos, un giro del cuerpo o un salto a distancia no son la verdadera vía. No se
puede cortar a alguien por la mitad mediante un giro o una flexión; éstas son
técnicas inútiles. En mi ciencia militar es esencial que el aspecto físico y el
estado de espíritu sean simples y directos, obteniendo la victoria por medio de
la tensión y la perturbación causadas a los adversarios, haciendo que se
descentren y procurando que sus corazones se agiten. Esto debe examinarse
cuidadosamente.
Las posiciones del sable en las demás escuelas
Es erróneo concentrarse únicamente en la posición de guardia del sable. La
posición de guardia del sable sólo debe darse cuando no hay adversarios. La
razón para ello es que establecer normas a causa de la costumbre o de las reglas
generales no es factible en el transcurso de un combate real para conseguir la
victoria. El objetivo es luchar para poner al adversario en una situación de
desventaja. Cualquiera que sea el punto de referencia, la adopción de una
posición de guardia tiene el sentido de hacer uso de la inamovilidad. Guardar un
castillo o disponer una línea de batalla en una posición defensiva tiene el
sentido de ser fuerte y no verse afectado ni siquiera cuando se es atacado; éste
es el significado normal. En el transcurso de la lucha por la victoria por medio
de la ciencia militar, el objetivo es concentrarse en llevar la iniciativa del
adversario. Esto debe ser trabajado en profundidad. En el transcurso de la lucha
por la victoria gracias a la ciencia militar, vencéis deshaciendo las defensas
de los demás, haciendo movimientos que los adversarios no esperan,
confundiéndolos, irritándolos o asustándolos, y sintiendo el patrón del ritmo
cuando los adversarios quedan confundidos para alcanzar la victoria. Así pues,
existe un rechazo a la actitud defensiva que se preocupa de las posiciones de
guardia. Por ello, en mi ciencia existe lo que se llama tener una posición de
guardia sin guardia, que significa que uno tiene una posición defensiva sin
estar a la defensiva. También en la ciencia militar a gran escala, la
preocupación principal para una batalla equilibrada es aprender a calcular el
número de tropas que tiene el adversario, darse cuenta de la disposición del
campo de batalla, conocer el estado de vuestras propias tropas, ordenar sus
mejores cualidades, unirlas y después empezar a luchar. Existe una sensación
totalmente diferente cuando se es atacado por los demás en primer lugar que
cuando vosotros atacáis. La sensación de poder manejar suficientemente bien un
sable para alcanzar y parar los golpes del adversario es semejante a tomar la
lanza o la alabarda y clavarlas en el suelo a modo de empalizada. Cuando vais a
golpear a un adversario, por el contrario, podéis incluso arrancar uno de los
postes de la empalizada y utilizarlo como lanza o alabarda. Esto es algo que
debe ser examinado atentamente.
El enfoque de los ojos en las demás escuelas
El enfoque de los ojos depende de la escuela: hay quienes fijan sus ojos en el
sable del adversario, y hay también quienes los fijan en sus manos; existen
también quienes fijan sus ojos en el rostro del adversario, y los hay también
quienes los fijan en sus pies, etc. cuando intentáis fijar los ojos en algún
punto en particular, existe una sensación de distracción, y esto se convierte en
lo que se conoce en las artes marciales como una desgracia. Las personas que
juegan a la pelota tal vez no mantengan sus ojos en ella, porque cuando uno
tiene una buena práctica de algo, no es necesario mirar deliberadamente.
Igualmente, en las artes de los malabaristas, cuando tienen práctica en las
técnicas, pueden hacer equilibrio con una puerta en la nariz y hacer
malabarismos con varios sables a la vez, todo ello sin mirar; como están
involucrados en la práctica todo el tiempo, ven lo que ocurre de manera
espontánea. De igual modo, en el contexto de la ciencia de las artes marciales,
cuando os familiarizáis con cada adversario, percibís el grado de seriedad de su
mente y sois capaces de practicar la ciencia con eficacia, podéis ver incluso la
distancia y velocidad de un sable. Hablando en términos generales, el foco de
los ojos en las artes marciales se halla en el corazón y en la mente de las
personas implicadas. Cuando se llega a la ciencia militar a gran escala, los
ojos también se concentran en el estado de las tropas enemigas. De las dos
formas de percepción, observar y ver, el ojo que observa es más fuerte,
percibiendo el corazón y la mente del adversario, viendo el estado de la
situación, centrando los ojos de una forma amplia, percibiendo las condiciones
de la batalla y la fuerza y debilidad de la ocasión, y concentrándose en
alcanzar la victoria con precisión. Ya se trate de la ciencia militar a gran o a
pequeña escala, no hay foco de atención estrecho en la visión. Como ya he
escrito, mediante un foco de atención excesivamente estrecho, olvidáis los
asuntos mayores y quedáis confundidos, dejando así que la victoria certera se os
escape. Este principio exige una reflexión cuidadosa y una práctica profunda.
La posición y movimiento de los pies en otras escuelas
Existen diversas formas de dar pasos rápidos, como los que se conocen por paso
flotante, paso saltarín, paso elástico, paso fuerte, paso de cuervo, etc. desde
un punto de vista de mi arte marcial, todos éstos parecen pasos deficientes. La
razón por la que no me gusta el paso flotante es porque los propios pasos
probablemente sean en cualquier caso inseguros en medio de la batalla, de forma
que el procedimiento adecuado es mantenerse lo más firme posible. La razón por
la que no me gusta el paso saltarín es porque existe una sensación de excitación
en el salto y un sentimiento de obsesión en saltar. Puesto que no hay razón para
saltar una y otra vez, un paso saltarín es malo. Igualmente, el paso elástico es
ineficaz, porque existe una sensación de rebote. El paso fuerte es una posición
pasiva y especialmente objetable. Además de éstos, existen diversos pasos
rápidos como el paso del cuervo. Puesto que es posible que os enfrentéis a
adversarios en pantanos y ciénagas, o en montañas y ríos, o en planicies
rocosas, o en caminos estrechos, dependiendo del lugar existen situaciones en
las que es imposible saltar, dar pasos elásticos o rápidos. En mi arte marcial,
no existe ningún cambio en la forma de mover los pies; es lo mismo que andar por
un camino de forma habitual. Siguiendo el ritmo del adversario, encontrando la
posición física correcta en situaciones tanto de aceleración como de calma, la
marcha debe ser ordenada, sin defecto ni exceso. Igualmente, en la ciencia
militar a gran escala, es fundamental el movimiento de los pies. La razón para
ello es que si atacáis de forma indiscriminada, sin conocer las intenciones de
vuestro adversario, perderéis el ritmo y os encontraréis con que es difícil
ganar. Del mismo modo, si estáis marchando con tranquilidad y no notáis cuándo
están desmoralizándose o desmoronándose los adversarios, haréis que la victoria
se desvanezca y no podréis dar una rápida salida al combate. Es esencial
percibir el desánimo y el desmoronamiento de los adversarios, y superarlos sin
dejarlos siquiera un momento de respiro. Esto exige una práctica y un
entrenamiento profundos.
La utilización de la velocidad en otras escuelas
En las artes marciales, la velocidad no es la verdadera vía. En lo que se
refiere a la velocidad, la cuestión de rapidez o lentitud en cualquier cosa
proviene del fracaso de armonizar con el ritmo. Cuando domináis un arte o una
ciencia, vuestra acción no parece rápida. Por ejemplo, existen corredores
profesionales carteros que recorren una ruta de unos treinta kilómetros; pero ni
siquiera así corren rápidos desde la mañana hasta la noche. En cuanto a aquellos
que carecen de entrenamiento, aunque parezca que corren todo el día, no alcanzan
el objetivo. En el arte de la danza, si un mal cantante acompaña la canción de
un cantante cualificado, existe una sensación de disonancia, que desemboca en
precipitación. Igualmente, cuando se trata con los tambores la canción "Pino
Viejo", a pesar de ser una pieza dulce, también en este caso, alguien que es
inexperto tenderá a adelantarse o a atrasarse. Y aunque la canción "Dunas
Elevadas" tiene un tempo rápido, es erróneo interpretarla demasiado rápido. Como
dice el proverbio, el rápido se cansa y no puede llegar a tiempo. Por supuesto,
ser demasiado lento y llegar demasiado tarde también es malo. La actuación de un
experto parece relajada, pero no pierde el ritmo. Las acciones de las personas
entrenadas no parecen apresuradas. El principio de la vía puede ser conocido a
través de estos ejemplos. La rapidez es especialmente mala en el contexto de la
ciencia de las artes marciales. Las razones para ello son las siguientes. En
este caso también, dependiendo del lugar, digamos, por ejemplo, en una charca es
imposible moverse y correr rápidamente. Con un sable largo, no existe algo así
como matar con rapidez; por el contrario, con un abanico o un sable corto, si
intentáis cortar con rapidez, no podréis cortar en absoluto. Esto invita aun
cuidadoso discernimiento. Igualmente en la ciencia militar a gran escala, es
malo el sentimiento de velocidad y prisa. Con la actitud de "sujetar la
almohada" no hay lentitud. Por añadidura, cuando la gente se apresura corriendo,
es esencial hacer lo contrario, quedarse tranquilo y en calma, sin dejarse
arrastrar por ella. La forma de trabajar en ese estado de espíritu exige
entrenamiento y práctica.
Los esotérico y lo exotérico en las demás escuelas
En el contexto de los asuntos de las artes marciales, ¿qué debe llamarse
exotérico y qué debe llamarse esotérico? Según el arte, existen transmisiones
esotéricas de la realización esencial que se transmiten como tradiciones orales
internas, pero cuando se trata del principio de combatir en duelo con
adversarios, no es un asunto de luchar de manera exotérica y matar de manera
esotérica. Mi forma de enseñar las artes marciales es hacer que los
principiantes aprendan y practiquen aquellas técnicas que son fácilmente
dominadas, enseñándoles primero los principios que pueden entender rápidamente.
En cuanto a aquellos asuntos que sus mentes tienen dificultad en comprender,
observo la comprensión de cada individuo, enseñándole a continuación los
principios más profundos de manera gradual, paso por paso. Incluso así, puesto
que generalmente les hago aprender aquellas cosas que tienen relevancia real
para manejar estos asuntos, no existe algo así como una distinción entre lo
esotérico y lo exotérico. Así sucede en el mundo: cuando vais en medio de las
montañas, si queréis ir más lejos, tendréis de nuevo que salir de las montañas.
En cualquier arte o ciencia existe aquello para lo que el secreto y la reserva
es apropiado, y aquello de lo que se puede hablar abiertamente. Pero cuando se
trata de los principios de la guerra, ¿qué es lo que tiene que ser ocultado y
qué es lo que tiene que ser revelado? Por consiguiente, al transmitir mi
ciencia, no me preocupo de las obligaciones escritas o de los artículos de
castigos. Observar el poder intelectual de los estudiantes, enseñarles un camino
directo, haciéndoles abandonar los malos aspectos de las "cinco formas o de las
"seis formas" de las artes marciales, de modo que entren naturalmente en la
ciencia auténtica de los guerreros, haciendo que sus mentes se liberen de la
duda, ésta es la vía en la que enseño las artes marciales. Una práctica y
entrenamiento profundos son necesarios.
Epílogo
En las nueve secciones precedentes sobre las artes marciales de las demás
escuelas, de las que he escrito sus principios generales en este Manuscrito del
Viento, aunque es imprescindible escribir claramente sobre cada escuela, desde
la iniciación hasta la tradición interna, no doy importancia a escribir los
nombres de qué secreto concreto de qué escuela particular me estoy refiriendo.
La razón de ello es que los puntos de vista de cada escuela y la lógica de cada
método se realizan de forma diferente según cada persona y dependiendo de la
mentalidad; así, incluso en la misma escuela existen ligeras diferencias de
comprensión. Por tanto, pensando en la posteridad, no he mencionado las escuelas
concretas a las que me refiero. Habiendo dividido las grandes líneas de las
demás escuelas en nueve categorías, cuando miramos desde el punto de vista de la
vía correcta para el mundo, desde el punto de vista de la razón humana honesta,
los asuntos como las preferencias por los sables muy largos o muy cortos, las
preferencias por la fuerza o por la forma de empuñar, o la preocupación por la
fiereza y la finura, son guías desviadas; así pues, aunque no revelemos como
tradición interna o de iniciación de otras escuelas, todo el mundo debe saber
sobre ellas. En mi escuela no existe una distinción entre la tradición de
iniciación y la interna en lo que concierne al sable largo. No existe algo así
como la posición de guardia definitiva. Se trata sólo de comprender sus
cualidades efectivas en vuestro corazón y en vuestro espíritu. Esto es lo
esencial del arte marcial.
El Manuscrito del Vacío
Al escribir sobre la ciencia de las artes marciales de la escuela de los Dos
Sables en el Manuscrito del Vacío, el significado de vacío consiste en que
existe el reino en el que nada existe, o no puede ser conocido, o se ve como
vacío. Por supuesto, el vacío no existe. Se conoce de la no-existencia cuando se
sabe que la existencia es vacío. Cuando la gente no entiende algo, considera
erróneamente que eso es vacío. Éste no es el vacío real; es una ilusión.
Igualmente, en el contexto de esta ciencia de las artes marciales, cuando se
sigue la vía del guerrero, no conocer las leyes de éstos no significa vacío; al
estar confuso puede uno llamarle un estado de vacío desesperado, pero esto no es
vacío real. Los guerreros aprenden con precisión la ciencia militar y continúan
practicando diligentemente las técnicas de las artes marciales. La forma en que
los guerreros las practican no es oscura en lo más mínimo. Sin ninguna confusión
de espíritu, sin relajarse en ningún momento, puliendo la mente y la atención,
afilando el ojo que observa y el ojo que ve, uno llega al vacío real como el
estado en el que no hay oscuridad y las nubes de la confusión han desaparecido.
Mientras que no conocen la auténtica vía, ya sea en el budismo o en los asuntos
mundanos, todo el mundo piensa que su camino es seguro y es algo bueno, pero
desde el punto de vista de la vía correcta del espíritu, comparada con las
pautas sociales generales, la gente se aparta de la verdadera vía por
desviaciones personales de su mente y por desviaciones individuales de su
visión. Conociendo esta mentalidad, pronunciando esencialmente palabras
honradas, tomando el espíritu real como la vía, practicando las artes marciales
en el sentido más amplio, pensando correcta, clara y comprensivamente, y tomando
el vacío como vía, podéis ver la vía como vacío. En el vacío hay bien, pero no
hay mal. La sabiduría existe, la lógica existe, la mente está vacía. 12 de mayo
de 1645
Material obtenido de "El arte de la estrategia"
Pequeño y grande
Cuando estáis luchando contra enemigos y tenéis la sensación de estar estancados
en pequeñas maniobras, recordad esta ley de la ciencia militar: cuando os
halláis en medio de cosas insignificantes, cambiad de repente a una gran
perspectiva. Cambiar a lo grande o a lo pequeño es una parte deliberada de la
ciencia del arte de la guerra. Es esencial para los guerreros conseguir esto
incluso en la conciencia ordinaria de la vida humana. Esta mentalidad es
fundamental para la ciencia militar, ya sea a gran o a pequeña escala. Ésta es
una preocupación a la que hay que prestarle una atenta consideración.
El general conoce a sus soldados
"Un general conoce a sus soldados" es un método practicado siempre en tiempos de
conflicto después de haber alcanzado la maestría a la que...
uno aspira. Habiendo
alcanzado un gran poder en el conocimiento de las artes de la guerra, pensad en
los adversarios como si fuesen vuestros propios soldados, comprendiendo que
debéis de obrar con ellos según vuestra propia voluntad, e intentad manipularlos
libremente. Vosotros sois el general, y los adversarios las tropas. Esto exige
trabajo.
Soltar la empuñadura
"Soltar la empuñadura" tiene varios significados. Tiene el significado de ganar
sin sable, y también tiene el significado de fallar sin sable. Los diversos
significados no pueden escribirse, pero invitan a una práctica y a un
entrenamiento profundos.
Ser como un muro de piedra
"Ser como un muro de piedra" es cuando un maestro de las artes marciales se hace
de repente como un muro, absolutamente inaccesible a cualquier cosa e
inamovible. Esto se transmite verbalmente.
Epílogo
Lo que está escrito anteriormente consiste totalmente en cosas que
constantemente vienen al espíritu a lo largo de la práctica del arte de la
esgrima de mi escuela. Como estoy escribiendo ahora estos principios por primera
vez, están un poco mezclados en el orden, y es difícil definirlos con detalle.
Sin embargo, pueden servir como líneas orientadoras para las personas que
quieran aprender esta ciencia. Me he concentrado en las artes marciales desde la
juventud, entrenando mis manos y mi cuerpo para la maestría de la esgrima, y
experimentando toda clase de estados de espíritu. Lo que veo al investigar otras
escuelas es que algunas son habladoras pretenciosas y otras llevan a cabo finas
maniobras con sus manos; pero aunque puedan parecer buenas para la gente, en
ellas no hay en absoluto un verdadero corazón. Por supuesto, podría parecer que
la gente está entrenando el cuerpo y la mente incluso cuando están practicando
dichas técnicas, pero se convierten en enfermos de la vía, de una manera crónica
y difícil de sanar; son el origen de la decadencia de la vía reta de las artes
marciales en el mundo y de su abandono. Para que el arte de la esgrima sea una
ciencia real, así como para obtener la victoria en la batalla contra los
enemigos, no deben alterarse de manera alguna estos principios. Cuando alcancéis
el poder del conocimiento de mi ciencia militar y la pongáis en práctica de una
forma correcta, no habrá duda alguna de la victoria.
El Manuscrito del Viento
La ciencia militar implica el conocimiento de los métodos de las demás escuelas.
Aquí, en este Manuscrito del Viento, he escrito sobre las demás escuelas de
artes marciales. A menos que conozcáis las prácticas de las demás escuelas, no
podréis ciertamente entender la práctica de mi propia escuela. Lo que veo cuando
investigo en las demás artes marciales es que algunas escuelas utilizan grandes
sables y se concentran en el poder de sus movimientos. Algunas practican su
ciencia utilizando un sable pequeño y largo al que llaman un "pequeño sable
largo". También existen escuelas que se preocupan de muchos movimientos con el
sable largo, llamando a las posiciones del sable técnicas convencionales y
transmitiendo la ciencia como una enseñanza interna En este manuscrito expondré
el hecho de que ninguna de estas prácticas son la vía auténtica, haciendo así
saber lo que es bueno y lo que es malo, lo que es verdadero y lo que es falso.
El principio de mi propia escuela es algo netamente diferente. Otras escuelas se
convierten en teatros, adornándose y exhibiéndose para vivir, y comercializan
las artes marciales; en consecuencia, parecería que no están en la verdadera
vía. Además, el arte marcial se considera convencionalmente de una forma
limitada, como si consistiera sólo en la esgrima. ¿Creéis que habéis alcanzado
el conocimiento de cómo alcanzar la victoria por el simple hecho de haber
aprendido a empuñar un sable largo y haber entrenado vuestro cuerpo y manos?
Ésta no es una vía segura en ningún caso. He expuesto cada una de las
deficiencias de las demás escuelas en este libro. El asunto es examinar
cuidadosamente y saborear en profundidad, para llegar a una comprensión de las
ventajas de mi escuela de los Dos Sables.
El manejo de los sables muy largos en las demás escuelas
Existen algunas escuelas que son aficionadas a los sables muy largos. Desde el
punto de vista de mi arte marcial, las encuentro escuelas débiles. La razón para
esto es que esas escuelas no saben cómo ganar a los demás por cualquier medio
que sea necesario; considerando que su virtud es la longitud del sable, quieren
que sus sables sean muy largos para poder vencer a los adversarios a distancia.
El dicho común sobre ganar aunque sea un centímetro es algo que concierne a
personas que desconocen totalmente las artes marciales. Por ello, intentar ganar
a distancia mediante la ventaja de la longitud del sable, sin conocer los
principios de las artes marciales, es algo que la gente hace por debilidad de
corazón. Es por esto por lo que considero este arte marcial como algo débil. A
veces, cuando estéis luchando con un adversario y tengáis poco espacio, cuanto
más largo sea vuestro sable, más difícil será golpear con él. No podéis blandir
el sable hacia atrás y adelante con suficiente soltura, y éste se convierte en
un estorbo. Entonces os halláis en una situación peor que alguien que está
manejando un sable de costado pequeño. Aquellos que prefieren los sables muy
largos poseen sus propias razones, pero únicamente es lógico para ellos solos;
desde el punto de vista de la auténtica vía del mundo, esto es ilógico. ¿Es
inevitable perder utilizando un sable más corto y no un sable muy largo? Suponed
que la situación física arriba, abajo y a los costados se halla bloqueada; o
imaginad una situación social en la que sólo se pueden llevar armas de costado;
querer tener en estas circunstancias un sable muy largo es una mala actitud,
porque es dudar de la ciencia de las artes marciales. Por añadidura, existen
personas que carecen de la fuerza física requerida. Desde la Antigüedad se ha
dicho que lo grande incluye lo pequeño, por tanto no es una cuestión de rechazar
indiscriminadamente la longitud; es una cuestión de rechazar la actitud desviada
que sólo tiene en cuenta la longitud. En el contexto de la ciencia militar a
gran escala, un sable muy largo es como un gran contingente de tropas, un sable
más corto es como un pequeño contingente. ¿Acaso es imposible una batalla entre
un pequeño contingente y un gran contingente de tropas? Existen muchos ejemplos
en los que un pequeño contingente ha ganado sobre uno mayor. Así pues, en mi
escuela existe un rechazo hacia una actitud estrecha y desviada. Esto invita a
un cuidadoso examen.
Los golpes poderosos de sable en las demás escuelas
No debería existir una distinción entre golpes fuertes y golpes débiles de
sable. El movimiento de un sable hecho con la intención de blandirlo con fuerza
es rudo, y es difícil ganar sólo con la rudeza. Además, si golpeáis con una
fuerza desmedida cuando vais a matar a alguien, intentando asestar un poderoso
golpe con el sable, no tendréis éxito. Incluso cuando estáis ejercitándoos
contra un muñeco u otra cosa, es erróneo intentar golpear muy fuerte de forma
deliberada. Cuando os enfrentáis a un enemigo en combate mortal, nadie piensa en
golpear con debilidad ni con fuerza. Cuando uno piensa solamente en matar al
otro, también interviene un sentimiento de fuerza y, por supuesto, ningún
sentido de debilidad; uno sólo piensa en la muerte del enemigo. Si golpeáis el
sable de otro con fuerza, utilizando un movimiento demasiado poderoso, tendrá
consecuencias negativas por exceso de fuerza. Si golpeáis el sable de otro de
forma forzada, será vuestro propio sable el que se retrasará. Así pues, no
existe nada parecido a un golpe de sable especialmente poderoso. Incluso en la
ciencia militar a gran escala, si tenéis un gran contingente que desea ganar una
poderosa batalla combatiendo, el hecho es que vuestro enemigo también dispone de
gente fuerte y quiere luchar con fuerza. A este respecto, ambos estáis en la
misma posición. Cuando se trata de obtener la victoria en cualquier cosa, es
imposible obtenerla sin razón. En mi escuela no prestamos ninguna atención a
cosas no razonables; el meollo del asunto es utilizar el poder del conocimiento
de las artes marciales para obtener la victoria de cualquier forma que podáis.
Esto debe ser trabajado en profundidad.
La utilización de los sables más cortos en las demás escuelas
Pensar en ganar sirviéndose sólo de un sable más corto no es la auténtica vía.
Desde la Antigüedad los sables largos y cortos han tenido distinto nombre. Las
personas fuertes pueden manejar con facilidad un sable largo, así que no hay
razón para aficionarse sin razón a un sable más corto. La explicación de esto es
que las lanzas y las alabardas también se utilizan para aprovecharse de su
longitud. La idea de que vais a utilizar un sable más corto para cortar,
arremeter y vencer a un adversario en el intervalo entre los movimientos de su
sable es una desviación y, por tanto, está equivocada. Además, cuando estáis
atentos para descubrir algún lapso, todo lo demás se descuida, y se produce una
sensación de estancamiento que debe ser evitada. Y si intentáis utilizar un arma
corta para penetrar en las defensas del enemigo y dominarlo, eso no será de
ninguna utilidad en medio de numerosos adversarios. Incluso si pensáis que la
ventaja de tener un arma más corta es la capacidad de penetrar en medio de una
multitud, arremeter con libertad y blandir la espada a un lado y a otro, en cada
caso estáis en una actitud defensiva de la esgrima y, de este modo, en un estado
de espíritu distraído. No es ésta una táctica en la que se pueda confiar. Tal
vez podáis arremeter contra los adversarios de una forma poderosa y directa,
arrojándolos fuera de su posición, obligándolos a entrar en la confusión, y
tomando el camino que conduce únicamente a una victoria certera. Esta lógica
también se aplica en la ciencia militar a gran escala. En igualdad de
condiciones, podéis también tomar un gran contingente, atacar al enemigo de
repente y destruirlo de una vez. Esta actitud es la esencia de la ciencia
militar. En general, lo que la gente del mundo estudia cuando practica las artes
marciales es parar, desviar, evitar los golpes y salir ileso; en consecuencia,
sus mentes son arrasadas por este método y acaban siendo maniobrados y
manipulados por los demás. Puesto que la vía de las artes marciales es directa y
franca, es esencial el intento de dominar y vencer a los adversarios. Esto debe
ser considerado atentamente.
Numerosos golpes de sable en las demás escuelas
Cuando se enseña un excesivo número de movimientos de sable, se hace para
comercializar este arte e impresionar a los principiantes con el conocimiento de
muchos movimientos de sable. Esta actitud debe ser evitada en la ciencia
militar. La razón de ello es que es un engaño pensar que existe toda clase de
técnicas para cortar al adversario. A este respecto, no existen diferentes
técnicas en el mundo. Sea o no uno un especialista, e incluso si se trata de una
mujer o un niño, no existen muchas formas de golpear y cercenar; si existen
variantes, éstas se limitan a apuñalar y a acuchillar. Para empezar, puesto que
el objetivo consiste en matar, no hay ninguna razón para que existan muchas
formas de hacerlo. Incluso así, dependiendo de la situación, conforme a las
circunstancias, en los casos en los que hay un obstáculo en los alrededores,
como por ejemplo arriba o a los costados, tiene que haber cinco posiciones, de
forma que existe una manera de empuñar el sable sin quedar bloqueado. Añadir
cualquier otra cosa, como cortar por la mitad a un adversario con un giro de
manos, un giro del cuerpo o un salto a distancia no son la verdadera vía. No se
puede cortar a alguien por la mitad mediante un giro o una flexión; éstas son
técnicas inútiles. En mi ciencia militar es esencial que el aspecto físico y el
estado de espíritu sean simples y directos, obteniendo la victoria por medio de
la tensión y la perturbación causadas a los adversarios, haciendo que se
descentren y procurando que sus corazones se agiten. Esto debe examinarse
cuidadosamente.
Las posiciones del sable en las demás escuelas
Es erróneo concentrarse únicamente en la posición de guardia del sable. La
posición de guardia del sable sólo debe darse cuando no hay adversarios. La
razón para ello es que establecer normas a causa de la costumbre o de las reglas
generales no es factible en el transcurso de un combate real para conseguir la
victoria. El objetivo es luchar para poner al adversario en una situación de
desventaja. Cualquiera que sea el punto de referencia, la adopción de una
posición de guardia tiene el sentido de hacer uso de la inamovilidad. Guardar un
castillo o disponer una línea de batalla en una posición defensiva tiene el
sentido de ser fuerte y no verse afectado ni siquiera cuando se es atacado; éste
es el significado normal. En el transcurso de la lucha por la victoria por medio
de la ciencia militar, el objetivo es concentrarse en llevar la iniciativa del
adversario. Esto debe ser trabajado en profundidad. En el transcurso de la lucha
por la victoria gracias a la ciencia militar, vencéis deshaciendo las defensas
de los demás, haciendo movimientos que los adversarios no esperan,
confundiéndolos, irritándolos o asustándolos, y sintiendo el patrón del ritmo
cuando los adversarios quedan confundidos para alcanzar la victoria. Así pues,
existe un rechazo a la actitud defensiva que se preocupa de las posiciones de
guardia. Por ello, en mi ciencia existe lo que se llama tener una posición de
guardia sin guardia, que significa que uno tiene una posición defensiva sin
estar a la defensiva. También en la ciencia militar a gran escala, la
preocupación principal para una batalla equilibrada es aprender a calcular el
número de tropas que tiene el adversario, darse cuenta de la disposición del
campo de batalla, conocer el estado de vuestras propias tropas, ordenar sus
mejores cualidades, unirlas y después empezar a luchar. Existe una sensación
totalmente diferente cuando se es atacado por los demás en primer lugar que
cuando vosotros atacáis. La sensación de poder manejar suficientemente bien un
sable para alcanzar y parar los golpes del adversario es semejante a tomar la
lanza o la alabarda y clavarlas en el suelo a modo de empalizada. Cuando vais a
golpear a un adversario, por el contrario, podéis incluso arrancar uno de los
postes de la empalizada y utilizarlo como lanza o alabarda. Esto es algo que
debe ser examinado atentamente.
El enfoque de los ojos en las demás escuelas
El enfoque de los ojos depende de la escuela: hay quienes fijan sus ojos en el
sable del adversario, y hay también quienes los fijan en sus manos; existen
también quienes fijan sus ojos en el rostro del adversario, y los hay también
quienes los fijan en sus pies, etc. cuando intentáis fijar los ojos en algún
punto en particular, existe una sensación de distracción, y esto se convierte en
lo que se conoce en las artes marciales como una desgracia. Las personas que
juegan a la pelota tal vez no mantengan sus ojos en ella, porque cuando uno
tiene una buena práctica de algo, no es necesario mirar deliberadamente.
Igualmente, en las artes de los malabaristas, cuando tienen práctica en las
técnicas, pueden hacer equilibrio con una puerta en la nariz y hacer
malabarismos con varios sables a la vez, todo ello sin mirar; como están
involucrados en la práctica todo el tiempo, ven lo que ocurre de manera
espontánea. De igual modo, en el contexto de la ciencia de las artes marciales,
cuando os familiarizáis con cada adversario, percibís el grado de seriedad de su
mente y sois capaces de practicar la ciencia con eficacia, podéis ver incluso la
distancia y velocidad de un sable. Hablando en términos generales, el foco de
los ojos en las artes marciales se halla en el corazón y en la mente de las
personas implicadas. Cuando se llega a la ciencia militar a gran escala, los
ojos también se concentran en el estado de las tropas enemigas. De las dos
formas de percepción, observar y ver, el ojo que observa es más fuerte,
percibiendo el corazón y la mente del adversario, viendo el estado de la
situación, centrando los ojos de una forma amplia, percibiendo las condiciones
de la batalla y la fuerza y debilidad de la ocasión, y concentrándose en
alcanzar la victoria con precisión. Ya se trate de la ciencia militar a gran o a
pequeña escala, no hay foco de atención estrecho en la visión. Como ya he
escrito, mediante un foco de atención excesivamente estrecho, olvidáis los
asuntos mayores y quedáis confundidos, dejando así que la victoria certera se os
escape. Este principio exige una reflexión cuidadosa y una práctica profunda.
La posición y movimiento de los pies en otras escuelas
Existen diversas formas de dar pasos rápidos, como los que se conocen por paso
flotante, paso saltarín, paso elástico, paso fuerte, paso de cuervo, etc. desde
un punto de vista de mi arte marcial, todos éstos parecen pasos deficientes. La
razón por la que no me gusta el paso flotante es porque los propios pasos
probablemente sean en cualquier caso inseguros en medio de la batalla, de forma
que el procedimiento adecuado es mantenerse lo más firme posible. La razón por
la que no me gusta el paso saltarín es porque existe una sensación de excitación
en el salto y un sentimiento de obsesión en saltar. Puesto que no hay razón para
saltar una y otra vez, un paso saltarín es malo. Igualmente, el paso elástico es
ineficaz, porque existe una sensación de rebote. El paso fuerte es una posición
pasiva y especialmente objetable. Además de éstos, existen diversos pasos
rápidos como el paso del cuervo. Puesto que es posible que os enfrentéis a
adversarios en pantanos y ciénagas, o en montañas y ríos, o en planicies
rocosas, o en caminos estrechos, dependiendo del lugar existen situaciones en
las que es imposible saltar, dar pasos elásticos o rápidos. En mi arte marcial,
no existe ningún cambio en la forma de mover los pies; es lo mismo que andar por
un camino de forma habitual. Siguiendo el ritmo del adversario, encontrando la
posición física correcta en situaciones tanto de aceleración como de calma, la
marcha debe ser ordenada, sin defecto ni exceso. Igualmente, en la ciencia
militar a gran escala, es fundamental el movimiento de los pies. La razón para
ello es que si atacáis de forma indiscriminada, sin conocer las intenciones de
vuestro adversario, perderéis el ritmo y os encontraréis con que es difícil
ganar. Del mismo modo, si estáis marchando con tranquilidad y no notáis cuándo
están desmoralizándose o desmoronándose los adversarios, haréis que la victoria
se desvanezca y no podréis dar una rápida salida al combate. Es esencial
percibir el desánimo y el desmoronamiento de los adversarios, y superarlos sin
dejarlos siquiera un momento de respiro. Esto exige una práctica y un
entrenamiento profundos.
La utilización de la velocidad en otras escuelas
En las artes marciales, la velocidad no es la verdadera vía. En lo que se
refiere a la velocidad, la cuestión de rapidez o lentitud en cualquier cosa
proviene del fracaso de armonizar con el ritmo. Cuando domináis un arte o una
ciencia, vuestra acción no parece rápida. Por ejemplo, existen corredores
profesionales carteros que recorren una ruta de unos treinta kilómetros; pero ni
siquiera así corren rápidos desde la mañana hasta la noche. En cuanto a aquellos
que carecen de entrenamiento, aunque parezca que corren todo el día, no alcanzan
el objetivo. En el arte de la danza, si un mal cantante acompaña la canción de
un cantante cualificado, existe una sensación de disonancia, que desemboca en
precipitación. Igualmente, cuando se trata con los tambores la canción "Pino
Viejo", a pesar de ser una pieza dulce, también en este caso, alguien que es
inexperto tenderá a adelantarse o a atrasarse. Y aunque la canción "Dunas
Elevadas" tiene un tempo rápido, es erróneo interpretarla demasiado rápido. Como
dice el proverbio, el rápido se cansa y no puede llegar a tiempo. Por supuesto,
ser demasiado lento y llegar demasiado tarde también es malo. La actuación de un
experto parece relajada, pero no pierde el ritmo. Las acciones de las personas
entrenadas no parecen apresuradas. El principio de la vía puede ser conocido a
través de estos ejemplos. La rapidez es especialmente mala en el contexto de la
ciencia de las artes marciales. Las razones para ello son las siguientes. En
este caso también, dependiendo del lugar, digamos, por ejemplo, en una charca es
imposible moverse y correr rápidamente. Con un sable largo, no existe algo así
como matar con rapidez; por el contrario, con un abanico o un sable corto, si
intentáis cortar con rapidez, no podréis cortar en absoluto. Esto invita aun
cuidadoso discernimiento. Igualmente en la ciencia militar a gran escala, es
malo el sentimiento de velocidad y prisa. Con la actitud de "sujetar la
almohada" no hay lentitud. Por añadidura, cuando la gente se apresura corriendo,
es esencial hacer lo contrario, quedarse tranquilo y en calma, sin dejarse
arrastrar por ella. La forma de trabajar en ese estado de espíritu exige
entrenamiento y práctica.
Los esotérico y lo exotérico en las demás escuelas
En el contexto de los asuntos de las artes marciales, ¿qué debe llamarse
exotérico y qué debe llamarse esotérico? Según el arte, existen transmisiones
esotéricas de la realización esencial que se transmiten como tradiciones orales
internas, pero cuando se trata del principio de combatir en duelo con
adversarios, no es un asunto de luchar de manera exotérica y matar de manera
esotérica. Mi forma de enseñar las artes marciales es hacer que los
principiantes aprendan y practiquen aquellas técnicas que son fácilmente
dominadas, enseñándoles primero los principios que pueden entender rápidamente.
En cuanto a aquellos asuntos que sus mentes tienen dificultad en comprender,
observo la comprensión de cada individuo, enseñándole a continuación los
principios más profundos de manera gradual, paso por paso. Incluso así, puesto
que generalmente les hago aprender aquellas cosas que tienen relevancia real
para manejar estos asuntos, no existe algo así como una distinción entre lo
esotérico y lo exotérico. Así sucede en el mundo: cuando vais en medio de las
montañas, si queréis ir más lejos, tendréis de nuevo que salir de las montañas.
En cualquier arte o ciencia existe aquello para lo que el secreto y la reserva
es apropiado, y aquello de lo que se puede hablar abiertamente. Pero cuando se
trata de los principios de la guerra, ¿qué es lo que tiene que ser ocultado y
qué es lo que tiene que ser revelado? Por consiguiente, al transmitir mi
ciencia, no me preocupo de las obligaciones escritas o de los artículos de
castigos. Observar el poder intelectual de los estudiantes, enseñarles un camino
directo, haciéndoles abandonar los malos aspectos de las "cinco formas o de las
"seis formas" de las artes marciales, de modo que entren naturalmente en la
ciencia auténtica de los guerreros, haciendo que sus mentes se liberen de la
duda, ésta es la vía en la que enseño las artes marciales. Una práctica y
entrenamiento profundos son necesarios.
Epílogo
En las nueve secciones precedentes sobre las artes marciales de las demás
escuelas, de las que he escrito sus principios generales en este Manuscrito del
Viento, aunque es imprescindible escribir claramente sobre cada escuela, desde
la iniciación hasta la tradición interna, no doy importancia a escribir los
nombres de qué secreto concreto de qué escuela particular me estoy refiriendo.
La razón de ello es que los puntos de vista de cada escuela y la lógica de cada
método se realizan de forma diferente según cada persona y dependiendo de la
mentalidad; así, incluso en la misma escuela existen ligeras diferencias de
comprensión. Por tanto, pensando en la posteridad, no he mencionado las escuelas
concretas a las que me refiero. Habiendo dividido las grandes líneas de las
demás escuelas en nueve categorías, cuando miramos desde el punto de vista de la
vía correcta para el mundo, desde el punto de vista de la razón humana honesta,
los asuntos como las preferencias por los sables muy largos o muy cortos, las
preferencias por la fuerza o por la forma de empuñar, o la preocupación por la
fiereza y la finura, son guías desviadas; así pues, aunque no revelemos como
tradición interna o de iniciación de otras escuelas, todo el mundo debe saber
sobre ellas. En mi escuela no existe una distinción entre la tradición de
iniciación y la interna en lo que concierne al sable largo. No existe algo así
como la posición de guardia definitiva. Se trata sólo de comprender sus
cualidades efectivas en vuestro corazón y en vuestro espíritu. Esto es lo
esencial del arte marcial.
El Manuscrito del Vacío
Al escribir sobre la ciencia de las artes marciales de la escuela de los Dos
Sables en el Manuscrito del Vacío, el significado de vacío consiste en que
existe el reino en el que nada existe, o no puede ser conocido, o se ve como
vacío. Por supuesto, el vacío no existe. Se conoce de la no-existencia cuando se
sabe que la existencia es vacío. Cuando la gente no entiende algo, considera
erróneamente que eso es vacío. Éste no es el vacío real; es una ilusión.
Igualmente, en el contexto de esta ciencia de las artes marciales, cuando se
sigue la vía del guerrero, no conocer las leyes de éstos no significa vacío; al
estar confuso puede uno llamarle un estado de vacío desesperado, pero esto no es
vacío real. Los guerreros aprenden con precisión la ciencia militar y continúan
practicando diligentemente las técnicas de las artes marciales. La forma en que
los guerreros las practican no es oscura en lo más mínimo. Sin ninguna confusión
de espíritu, sin relajarse en ningún momento, puliendo la mente y la atención,
afilando el ojo que observa y el ojo que ve, uno llega al vacío real como el
estado en el que no hay oscuridad y las nubes de la confusión han desaparecido.
Mientras que no conocen la auténtica vía, ya sea en el budismo o en los asuntos
mundanos, todo el mundo piensa que su camino es seguro y es algo bueno, pero
desde el punto de vista de la vía correcta del espíritu, comparada con las
pautas sociales generales, la gente se aparta de la verdadera vía por
desviaciones personales de su mente y por desviaciones individuales de su
visión. Conociendo esta mentalidad, pronunciando esencialmente palabras
honradas, tomando el espíritu real como la vía, practicando las artes marciales
en el sentido más amplio, pensando correcta, clara y comprensivamente, y tomando
el vacío como vía, podéis ver la vía como vacío. En el vacío hay bien, pero no
hay mal. La sabiduría existe, la lógica existe, la mente está vacía. 12 de mayo
de 1645
Material obtenido de "El arte de la estrategia"